Este proyecto se abordó desde la relación entre la vivienda y su entorno. La casa se sitúa en lo que era una nueva zona de crecimiento urbano en Vilafranca del Penedés, Barcelona. Una zona indefinida en cuanto no pertenece ni al centro de la ciudad ni al paisaje de campos de cultivo y viñas que la rodean.
De ahí que una de las principales premisas era la de conectar la casa, a través de los grandes ventanales, con tres puntos clave: el centro de la población, los viñedos y la montaña de Montserrat.
En cuanto a la distribución, la vivienda se divide en tres niveles. En planta baja tenemos un gran salón central, a dos alturas, alrededor del cual se organizan el resto de espacios: la cocina y dos dormitorios y por encima un estudio y dos dormitorios. Estas estancias del nivel superior se comunican entre ellas a través de una pasarela que recorre longitudinalmente el salón.
Se prioriza al máximo la entrada de luz natural a través de las aberturas de fachada, para conseguir crear espacios confortables iluminados y cálidos.
La calidad en este proyecto está en sus espacios internos y en su relación con el exterior.